Quiénes somos
La Red de Promotoras Mayas de Justicia está formada por 30 mujeres que pertenecen a seis municipios de Yucatán, en México. Organizadas en 3 redes de mujeres indígenas. Mujeres con liderazgo en los municipios Chikindzonot, Tekom, Tixcacalcupul, Chemax, Kinchil y Halachó.
Estas mujeres formaron parte del proyecto “Promotoras Mayas de Justicia: Construyendo Caminos para el Ejercicio de Nuestros Derechos”. Un proceso de formación donde las promotoras fortalecieron sus conocimientos en torno a derechos humanos y acceso a la justicia. Hoy las promotoras brindan orientación jurídica a otras mujeres sobre sus derechos, las leyes que las protegen, las opciones jurídicas que pueden elegir dependiendo de sus decisiones de vida, las instituciones a donde pueden acudir y las obligaciones de las autoridades encargadas de la procuración e impartición de justicia.
Segundo proyecto
Queremos acompañar en el proceso de fortalecimiento del liderazgo de la red de promotoras de justicia dentro de su comunidad, con un proyecto de formación de mujeres indígenas cómo promotoras de justicia para la construcción de una cultural de paz en sus comunidades. Una red de mujeres indígenas con organización y gestión autónoma para promover y proteger los derechos de las mujeres mayas en sus comunidades de Yucatán (México).
En seguimiento al proyecto anterior de Formación de Promotoras Mayas de Justicia, diseñamos los siguientes pasos para un nuevo proyecto a partir de un proceso participativo donde las mujeres de la red evaluaban los aprendizajes, las lecciones aprendidas y seleccionaban los temas sobre los que querían profundizar. Fueron ellas quienes eligieron los objetivos y diseñaron las estrategias para el fortalecimiento de la red.
Y con ellas, nosotras aprendimos que no se puede pensar ningún proceso en una comunidad que no involucre a toda la comunidad, a todas las familias, a todas las personas. Que los cambios que permanecen, que se sostienen, son los que se piensan desde la colectividad. En primer lugar porque dar información sobre derechos, cómo grupo de mujeres, puede poner en peligro la integridad de las promotoras en sus círculos más cotidianos, y porque salir del hogar puede generar conflictos en sus familias.
Los liderazgos sostenibles y constructivos son aquellos que se construyen en dos planos: individual y colectivo. En el espacio comunitario es donde se ejerce, se visibiliza, se valida, y se trabaja este liderazgo. El plano colectivo, comunitario, es lo que le da sentido a este proceso de creación de liderazgos.
Qué queremos
El principal objetivo de esta segunda fase o segundo proyecto es acompañar el proceso de liderazgo de las mujeres en sus comunidades, como promotoras de intervención comunitaria para una cultura de paz. Creemos que dar continuidad a los procesos formativos a largo plazo es necesario para garantizar la transformación social.
Y además, queremos transformar determinados imaginarios colectivos sobre la violencia, y en particular sobre la violencia contra las mujeres, sus derechos y el acceso a la justicia, a partir de la participación comunitaria en el proceso de formación de las mujeres. Es decir, que toda la comunidad se sienta interpelada y parte de este proceso de transformación y formación.
Cómo lo hacemos
Entendemos que los liderazgos se consolidan en y por la comunidad, se tejen con la comunidad. Nacen del trabajo de las promotoras hacia la comunidad y de las diversas alianzas que se establecen con otros actores. Partiendo de esta idea, para consolidar los liderazgos de una red de promotoras mayas de justicia en cinco municipios de Yucatán promoviendo la cohesión comunitaria trabajaremos en dos líneas: