El pasado 30 de agosto de 2022 se publicaron los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Las organizaciones que suscribimos este posicionamiento reconocemos la importancia de este instrumento para medir y entender con mayor profundidad las distintas violencias que viven las mujeres en México. Hacemos un llamado a las autoridades para tomar en cuenta estos resultados a la hora de evaluar, diseñar e implementar las medidas de prevención, atención y erradicación, para así cumplir con los compromisos internacionales y nacionales para que las mujeres vivan una vida digna y libre de violencias.
¿Cuál es el panorama que muestra la ENDIREH 2021? Los resultados muestran que, a pesar de los esfuerzos gubernamentales para disminuir la situación de violencia de género que viven las mujeres en México, ésta persiste: 7 de cada 10 mujeres mexicanas han experimentado violencia de género en algún momento de su vida. De éstas, 52% reporta haber enfrentado violencia psicológica, 50% ha vivido violencia sexual, 35% ha sido agredida físicamente y 27% ha vivido violencia económica. Es preocupante que, en general, los niveles de violencia de género contra las mujeres aumentaron cuatro puntos porcentuales de 2016 a 2021. Las tres entidades con mayor violencia de género contra las mujeres son Estado de México (78.7 %), Ciudad de México (76.2 %) y Querétaro (75.2 %). Al analizar el tipo de violencia por ámbito en el que ocurrió, encontramos de forma alarmante que la violencia sexual a nivel comunitario es la más alta de todas (20%), seguida de la violencia psicológica en pareja (17%) y de la violencia económica en lo laboral (15%). Además, las mujeres indígenas encuestadas también reportaron un aumento de 4% en la violencia experimentada en sus vidas.
Insistimos en que la información arrojada por la ENDIREH 2021 debe ser utilizada para la mejora en la implementación de las políticas públicas existentes y el diseño de las necesarias a fin de prevenir y erradicar la violencia con enfoques diferenciados. Familiarizar el cuidado del hogar, en lugar de fortalecer la infraestructura pública para realizarlo, condena a las mujeres a una sobrecarga de trabajo, en particular a las adultas mayores, las expone a enfrentar violencias en el hogar y perpetúa las brechas salariales, derivadas de arreglos laborales deficientes.
La encuesta muestra también que aún existe un pendiente en términos de la brecha laboral que afecta la vida de las mujeres y sus posibilidades de desarrollo profesional. La discriminación laboral es, notablemente, el tipo de violencia que mayormente viven las mujeres dentro de sus centros de trabajo (18.1% de ellas en su vida laboral). Esta violencia se expresa en las diferentes oportunidades de ascenso profesional a las que tienen acceso, en relación con su contraparte masculina.
Además, alrededor de 73% de las mujeres reportan que en su centro de trabajo no existen protocolos o medidas exclusivas para la atención de las mujeres víctimas de violencia en el ámbito laboral, a pesar de que la Ley Federal del Trabajo exige que todos los centros de trabajo cuenten con ello.
Respecto a la violencia obstétrica, los datos son alarmantes: 1 de cada 3 mujeres que tuvieron un parto o cesárea entre 2016 y 2021 la experimentó y la aplicación de métodos anticonceptivos o la realización de procedimientos como cesáreas o esterilización sin consentimiento de las mujeres persisten. El 35.5% de las mujeres entre los 15 y 24 años son las que más sufrieron este tipo de violencia, lo cual viola la autonomía sobre sus cuerpos y la posibilidad de decidir sobre sus proyectos de vida.
Esto es una muestra de que el Estado está incumpliendo su compromiso de asegurar a las mujeres una vida libre de violencias, además, la mayoría de las mujeres no denuncian sucesos de violencia por miedo a ser revictimizadas, lo que da cuenta de la violencia institucional de las que son víctimas.
Celebramos que en esta edición la ENDIREH 2021 se visibilicen las violencias contra mujeres en el entorno digital, así como contra mujeres con alguna discapacidad. Por ejemplo, hoy sabemos que el 73% de las mujeres con discapacidad han experimentado algún tipo de violencia, una cifra alarmante que nos empuja a generar estrategias focalizadas de prevención y atención hacia las mujeres de todas las edades con discapacidades.
Hacemos un llamado a las autoridades a utilizar esta herramienta como un instrumento para diseñar políticas públicas basadas en evidencia que permitan implementar programas específicos que, de manera integral, prevengan, atiendan y erradiquen las distintas formas en las que se expresa la violencia de género contra las mujeres para garantizarles el derecho a una vida libre de violencia. Para estas políticas y programas, proponemos un enfoque que privilegie lo preventivo y lo restaurativo con el fin de anticiparse a que este tipo de violencia afecte la vida de las mujeres o peor aún ponga en peligro su vida.
Ante este contexto, desde la sociedad civil, continuaremos pendientes y generando análisis pertinentes que permitan ayudar a impulsar agendas de prevención y atención a las violencias de género que hoy viven las mujeres en México
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